Por Ana Ibáñez
He asistido, como otros analistas y candidatos de la SEPA, al último Congreso de la IAAP, que ha tenido lugar la última semana del mes de agosto del año en curso. En total, se calcula que estábamos apuntadas unas 1.200 personas, todo un éxito de convocatoria, procedentes de muchos países de los 5 continentes. La organización práctica –como en otras ocasiones- consiste en dos presentaciones por la mañana, con una pausa de media hora, y que son únicas. Por la tarde, hay 3 sesiones –con sus respectivas pausas- pero en cada una de ellas, hay 5 o 6 opciones para elegir. La lingua franca es el inglés, aunque haya habido ponencias que se han hablado en otras lenguas: en la mayoría de las generales de la mañana, había una proyección en pantalla de la ponencia en inglés y la opción de descargarla –en cualquier aparato que llevaras, móvil, portátil o Apple- en castellano. No así en las de la tarde.
Paralelamente al trabajo analítico, se habían programado visitas de índole turística (algunas agotadas, como la visita al barrio judío) y cultural (proyección de varias películas, con un analista conocido haciendo de presentador y moderador; conciertos musicales dentro y fuera del recinto donde tenía lugar el Congreso –el edificio de la Universidad- ), además de una invitación por parte del alcalde de la ciudad de Viena la tarde del domingo –que sirvió para saludarnos, reconocernos, presentarnos y romper el hielo con unos exquisitos canapés y vino a discreción, amén de música al piano en vivo- y una cena de gala para cerrar una semana de trabajo intenso y profundo.
El edificio donde tuvo lugar el Congreso, la Universidad, está justo en la frontera/límite entre la vieja y la nueva Viena. El llamado Ring (anillo) rodea la ciudad excepto junto al río Danubio: su objetivo era abrir la ciudad medieval y barroca, la capital del Imperio Austro-Húngaro, a una nueva dimensión geográfica e institucional. A ambos lados de esta Ringstrasse se sitúan el nuevo Ayuntamiento, el Parlamento (presidido por una altísima escultura de Atenea en mármol y dorado), la Ópera, varios Museos y las casas de las nuevas clases adineradas de la ciudad. En la misma zona está el café Landtmann, visita obligada porque fue donde se produjo el primer encuentro entre Freud y Jung. Cruzar la acera del tranvía que transcurre por la Ringstrasse supone entrar en el terreno de lo Otro, tema del Congreso. Esa cremallera permanente del tranvía te hace consciente del movimiento de un espacio al otro…
Era mi primera vez en un Congreso de la IAAP: he asistido a congresos europeos y de infancia. Si tuviera que resumir todas mis sensaciones y vivencias de estos 5 días, la palabra sería riqueza. Personalmente, el hecho de aterrizar en una ciudad desconocida –cuyo idioma además no conozco- genera en mí una vulnerabilidad hacia lo Otro que me va a acompañar todos los días y que va a ser una fuente de reflexiones, sentimientos, inquietud, curiosidad…Ver/conocer a analistas y candidatos de cualquier otro país, con sus diferentes idiosincrasias, orígenes, raíces, entornos, lenguas, gestualidades y actitudes, enriquece porque amplía y cuestiona el pequeño mundo de tus seguridades. Eso traspasa –igual que la cremallera del tranvía- el umbral y se percibe/vive en las ponencias: el tema del Otro en cualquiera de sus facetas, estuvo presente –a mi modo de ver- tanto en los distintos enfoques que presentaron los conferenciantes, como en su manera de hacerlo. Especialmente sorprendente y chocante resulta ver cómo los presentes nos emocionamos, reímos y lloramos al oír determinadas cosas: lo que está sucediendo está vivo y es de vital importancia. Me llamó la atención que, incluso leyendo las propias conferencias (que podría hacernos pensar en cierta distancia crítica), los mismos ponentes pudieran emocionarse hasta las lágrimas y nosotros, los escuchantes, conectar psíquicamente con lo que allí estaba pasando, llena la sala hasta los topes y con personas de pie o sentadas por los pasillos.
Igualmente notable es la aparición (o al menos de manera tan obvia) de una actitud que no sé si llamar “política” o “social”, pero que tiene que ver con una conexión con el mundo externo, que nos aleja del enfoque más clásico del trabajo sobre el Proceso de Individuación mirado hacia adentro, como si se hiciera visible –de nuevo a un lado y a otro del tranvía- que quizá nuestras coordenadas vitales como especie estén cambiando de manera drástica y haya que prestarles suma atención. Relacionado con ello está la ausencia de cualquier terminología clásica (ánimus/a, sí-mismo, Proceso de Individuación, sombra…) y la vinculación con otras corrientes contemporáneas como el último psicoanálisis, las neurociencias, la ecología, la aportación de otras maneras de sanar…La pregunta que algunos nos hacíamos es: “¿cómo estaría actuando Jung en estos momentos, en este siglo XXI tan excitante y cambiante que nos ha tocado vivir?”. Un ejemplo claro de lo que estoy diciendo (las diversas ponencias se pueden ver en pág web) es el de un analista de Nueva Zelanda, perteneciente a la IRSJA, que nos mostró la imagen de Medusa con esa cabellera formada por serpientes y que, según Micklem, era la “imagen intolerable”: pues bien –dijo-, creo que ahora la imagen intolerable, para muchos de nuestros pacientes, jóvenes o amigos, es ésta…y nos mostró una foto de un oso polar sustentado en un pequeño círculo de nieve y rodeado de agua recientemente disuelta por el deshielo del Ártico.
Por último, añadir que estuvimos presentes –en un momento u otro- 13 personas de la SEPA, entre candidatos y analistas. Es una muy buena noticia que tantos nos hayamos desplazado al otro lado de la cremallera…
Saludos a todos.
Gracias Ana!!!! Excelente feedback del congreso de la IAAP. Me queda también una sensación de nutrición profunda y de riqueza, tras haber estado allí, aunque fuera solo por tres días, y ahora de nuevo al leer estas palabras y las imágenes que compartes. Añado tan solo la alegría de presenciar el lugar que se le da al cuerpo en la psicología analítica, no sólo en los talleres del precongreso, donde ya es habitual un grupo de practica de Movimiento Autentico, sino en ponencias como la de D. Kalsched que nos recuerda que la emoción vive en el cuerpo y de la importancia de tenerlo presente en nuestra práctica.