Escribo estas líneas con profunda gratitud en memoria de Alessandra, que partió el pasado mes de mayo a la edad de 63 años.
Alessandra se formó como Analista Infantil y de Adultos de la SAP, Society of Analytical Psychology. Era didacta de dicha sociedad, así como docente de la prestigiosa Clínica Tavistock en Londres, donde actualmente era la tutora-organizadora del curso de formación: «Comprender las comunicaciones inconscientes en niños y adolescentes» que se llevaba también a cabo en México y Rusia.
Alessandra recibió la influencia de las primeras generaciones de analistas junguianos infantiles capacitados en la SAP como: Michael Fordham, Mara Sidoli, James Astor.
Conocí a Alessandra mientras estaba organizando mi viaje a Moscú para asistir a la 1st International Conference of Jungian Child and Adolescent Analysis que tuvo lugar el mes de abril del pasado año.
Contacté con ella gracias a la recomendación de Olivia del Castillo que la conocía al haber coincidido en Trieste años atrás.
Alessandra, como co-organizadora de la conferencia, me respondió rápidamente en un perfecto español y me facilitó todo lo posible mis trámites para asistir a la conferencia en Rusia, un país que me atraía y me asustaba por igual.
Cuando la conocí personalmente, en Moscú, me saludó con un fuerte abrazo donde pude entrever su carácter latino, (era originaria de Italia) y me dijo inmediatamente: «¿cómo puede ser que seas la única española?»
Compartimos conversación durante un breve tiempo y ahí le expliqué que mi Sociedad no tenía una formación específica para Analistas Infantiles y que yo siempre había tratado de ir formándome como podía: asistiendo al International Workshop of Analytical Psychology in Childhood and Adolescence desde hacía años, supervisando con analistas extranjeros mis casos de niños y adolescentes, un posgrado infantil de orientación kleiniana…
Recuerdo que me miraba y asentía….
Creo que ahí debió percibir mi “parte huérfana” en todo este recorrido…
Durante los tres días en que compartimos los espacios de la conferencia, pude ver cómo era apreciada y reconocida por el resto de colegas de todo el mundo.
Dado que hablaba cinco idiomas, era fácil encontrarla durante los breaks hablando en alemán, y un poco más tarde compartiendo un café en italiano, inglés o francés…
Fue muy atenta conmigo durante los días en que compartimos la conferencia y nos cruzábamos por las instalaciones. Yo la sentía como una especie de hermana mayor, cuando me guiñaba el ojo y me preguntaba: «¿Va todo bien, Rosa?»
El penúltimo día me invitó a compartir una velada con unos amigos.
El ambiente que percibí durante los tres días de la conferencia fue un ambiente muy afable y cercano. Fue un placer volver a coincidir con otros colegas conocidos por su asistencia habitual al Wokshop Infantil y me hizo descubrir de nuevo la importancia de abrirnos a otros colegas del mundo.
Ahí podía ver a un Alessandra que brillaba con su facilidad de conexión y de fluir entre diferentes espacios que se daban entre los colegas. Fue una experiencia muy enriquecedora para mí.
Recuerdo una de sus presentaciones en la conferencia, defendiendo con sentido del humor, la obra de su antecesor Michael Fordham, frente a sus colegas de Israel que defendían el trabajo de Erich Neumann, despertó muchas sonrisas entre los asistentes.
Cuando nos despedimos me abrazó de nuevo cálidamente y me transmitió sus recuerdos para Olivia y para mi Sociedad. Quedamos en que yo la contactaría de nuevo.
Pasado el verano, durante el mes de septiembre, le escribí para valorar la posibilidad de tener encuentros de supervisión.
Recibí su respuesta donde me transmitía que estaría encantada de que trabajásemos juntas pero que, por el momento, no disponía de horas libres, pero que iba a ver qué podía hacer.
Pasados unos días, me respondió informándome de que podíamos encontrarnos los viernes cada 15 días a las 8 de la mañana (¡hora Londres!).
Estoy convencida de que, tras nuestro primer contacto en Moscú, debió percibir mi «parte huérfana» y decidió «hacerse cargo de ella» ofreciéndome muy generosamente su tiempo.
Eso es algo que siempre llevaré conmigo como un gesto de enorme generosidad y compromiso con su tarea de Analista.
Nuestros encuentros telemáticos quincenales han sido breves, pero me han permitido aprender muchísimo.
En nuestra última cita programada para el 15 de mayo, me explicó que no se sentía bien y que debíamos posponer nuestro encuentro para finales de mayo. Falleció 2 días después.
Alessandra me parecía una mezcla interesante de muchas culturas.
Percibía su seriedad y rigurosidad en el trabajo. Su capacidad, sensible, empática y clara de transmitir las dinámicas que iban apareciendo en los casos que yo exponía. Donde la más complicado se me hacía evidente. Sentía que ella captaba muy bien lo que yo intentaba comunicarle.
Me ha nutrido con textos escritos propios y de otros colegas, que quedan sin poder comentar tal y como habíamos acordado…
Siento que la llevo conmigo y que puedo seguir alimentándome de su trabajo ya que fue una prolífica escritora de artículos publicados en el Journal of Analytical Psychology y co-editora del libro: Transformation: Jung’s Legacy and Clinical Work Today. Karnac Books 2013.
También es muy interesante su introducción al libro de su colega F. Bisagni: Obsessions: The Twisted Cruelty. Routledge 2018. Donde su descripción de la tarea del analista merece la pena ser leída.
Citando a Jan Wiener y Francesco Bisagni:
“Alessandra era una analista muy talentosa, tanto con niños, adolescentes o adultos. Era muy valorada no solo en el Reino Unido sino también en el extranjero, donde disfrutó facilitando grupos de observación de bebés para fomentar en otros sus profundas creencias en el significado de la vida en sus primeras etapas. Tenía una mente excepcional y nos deja un legado en forma de documentos escritos con su equilibrio habitual de pensamiento de alta calidad unido a un profundo sentimiento al escribir sobre casos de su práctica clínica.
El alcance de Alessandra fuera del Reino Unido fue enorme. Ella estaba muy implicada en el desarrollo del Análisis Infantil en Rusia y era muy querida allí por sus colegas. Dirigió seminarios de Observación Infantil en Dinamarca, un proyecto para niños sin hogar en México y era docente y supervisora en Hungría y Bulgaria solo por mencionar algunos lugares”.
Siento que queda un vacío enorme dentro de nuestra comunidad con su partida. Muchos proyectos en marcha, mucho para dar, mucho para compartir…
Mi profunda gratitud querida Alessandra por dedicarme tu tiempo, acompañarme con tu talento y tu sensibilidad y por mostrarme cuanto se puede hacer más allá de nuestras fronteras, cuando uno está dotado de tanta generosidad, entrega, compromiso y pasión por nuestra profesión.
Siento que tu huella permanece en mí.