Descripción
Jung considera que la psique es un reflejo del mundo y del hombre de tal diversidad que se puede contemplar y describir desde infinitos puntos de vista. Pero lo que a él le interesa es el punto de vista psicológico práctico, con el fin de adentrarse en los estados anímicos de sus pacientes:
«Lo que yo necesito principalmente es comprender las condiciones complejas y poder hablar de ellas. Debo ser capaz de diferenciar entre varios grupos de hechos psíquicos. Estas diferenciaciones no deben ser arbitrarias, pues tengo que conseguir llegar a un entendimiento con mi paciente.»
C. G. Jung, La estructura de la psique, Párr. 286.
El modelo con el que Jung describe los hechos psíquicos que se propone diferenciar es el resultado de un diálogo profundo y complejo entre consciente e inconsciente (inconsciente personal y colectivo). La psique del ser humano, como individuo, simplemente emerge de una danza compleja entre distintos elementos que se influyen mutuamente.
El yo (centro de la consciencia), emerge de la interacción entre su entorno y el Sí-mismo organizador (centro de la psique colectiva), que activa los Grandes Arquetipos: la sombra (en oposición a la luz de la consciencia) y la persona (como superficie externa del yo-piel), en conexión con las energías arquetípicas del ánima y el ánimus. Dicho proceso da lugar al desarrollo en el ser humano de su identidad como sujeto. Los estados anímicos alterados se expresan por el colapso de la consciencia que queda invadida por el inconsciente en mayor o menor medida. En tal caso, la psique se defiende, reacciona dividiéndose en complejos (o psiques parciales escindidas), y desarrolla una particular dinámica que le permite sobrevivir. El psicólogo en su práctica clínica escucha en profundidad lo que la psique expresa, intenta diferenciar la compleja estructura de los elementos que están en danza e inicia un proceso de interacción con su paciente.